Tecnología y capitales ingleses financiaron esta obra que impulsó el progreso regional.
Los británicos, habían optado por darle nombre acorde a su recorrido: Ferrocarril NordEste Argentino. En 1950 el Gobierno nacional expropió los ferrocarriles. Pasó entonces a llamarse "General Urquiza"; transferida a la actividad privada nuevamente, la empresa le asignó el nombre de "Ferrocarril Mesopotámico General Urquiza" y luego se nombró "América Argentina Logística".
Eran tiempos en que, desde muy lejos, lo primero que se divisaba del tren era el humo. Por entonces, un velocípedo y una zorra a bomba, accionada por los obreros de la cuadrilla de mantenimiento, se encargaban de que los vagones se deslizaran con armonía sobre las vías.
La gente iba a la estación "a ver al tren". Constituía el acontecimiento un motivo de distracción y una forma de hacer vida social.
Ya cuando pasaba el tren sobre sus dos vías templadas por debajo del puente de la avenida de acceso al pueblo, se anunciaba con un silbato, que se repetía al detenerse.
El jefe era la autoridad de la estación y parecía recordar su jerarquía a los presentes cada vez que, accionando una campana, estaba diciendo en idioma ferroviario que el tren había salido de Concepción del Uruguay.
Salvo que no se hubiese cerrado la boletería, el tren tenía un estricto horario de salida.
Según el pasaje abonado, se viajaba en coches de 1ª o 2ª, más o menos confortables. Limitado a trenes de larga distancia, se podía disponer también de los coches con camarotes.
El tren era en la práctica, el único medio público de locomoción, con la excepción de los vapores que unían el puerto de Colón con el de Buenos Aires.
En los primeros tiempos del ferrocarril, el personal jerarquizado de ayudante, inspector en adelante eran ingleses que ya venían con una preparación apropiada. A ellos se le fueron sumando inmigrantes de otras nacionalidades como polacos, italianos y rusos que habían comenzado en el ferrocarril como peones, y habían avanzado según sus conocimientos profesionales.

Fuente: Turismo San José