Los productos que suelen consumirse en estas fechas son rápidamente perecederos y requieren una adecuada refrigeración.
Las intoxicaciones o infecciones suelen producirse por la contaminación de alimentos, a través de recipientes o bien en su proceso de preparación, conservación (cadena de frío), manipulación y distribución.
Los síntomas que pueden provocar los alimentos contaminados pueden detectarse en horas o días posteriores a la ingesta, variando según el tipo de agente responsable (microorganismos, toxinas, parásitos), la cantidad de alimento contaminado consumido, o el estado de salud del individuo.
El malestar comienza generalmente con dolores abdominales fuertes (cólicos), diarrea, vómitos y dolor de cabeza.
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