Los embutidos son de los pocos alimentos de orígenes remotos que se siguen elaborando, prácticamente, en su formato tradicional. Tanto es el éxito de este alimento que nuestro país destaca por el volumen de producción e importaciones, junto con España y Francia.
Del mismo modo que con otros alimentos de larga tradición, se desconocen muchos aspectos que caracterizan este alimento. Hoy, forma parte imprescindible de numerosas comidas y picadas, pero no se sabe mucho de su historia y compleja fabricación.
A continuación, repasamos los orígenes, procesos de elaboración y formas de consumo de los embutidos en el país.
Los orígenes
El origen de los embutidos es tan antiguo como la necesidad de conservar alimentos. Para que hoy gocemos del privilegio de encargar en Subway un delicioso sándwich de embutidos, primero tuvieron que ocurrir muchas cosas.
Las primeras apariciones se remontan a 3000 años a. C., en la región que hoy abarca Egipto, ya que en los desiertos africanos se obtuvieron los primeros ejemplares de piedra salina. Se descubrió que la sal permitía la conservación de los alimentos perecederos, lo que facilitaba el transporte y almacenamiento.
En el famoso texto de la Odisea, hallado 900 años a. C. hay menciones al consumo de morcilla. En adelante, los embutidos fueron parte de los banquetes de famosos reyes alrededor del mundo. Hace poco más de 500 años, estos alimentos llegaron por el Pacífico y, hoy, se ganaron un espacio importante en nuestras comidas.
Proceso de elaboración
La elaboración de los embutidos consta de varios procesos hasta llegar a las formas en las que se comercializa. Si bien existen distintos tipos, todos constan de los mismos pasos y varían en sus condimentos, textura del picado y origen animal.
El primer paso es el picado, que puede realizarse con máquinas mecánicas manuales o maquinaria automática, en el caso de las grandes industrias. En todos los casos, se trata de un sistema de cuchillas que desintegran las piezas para su compresión.
El segundo paso es el embuchado dentro de la piel de tripa de cerdo o un suplemento fabricado de manera industrial. Dependiendo del embutido que se elabora, se añaden previamente los condimentos.
Por último, se desarrolla la parte más importante de la elaboración: el curado. En esta etapa, se debe tener especial cuidado del clima, humedad y luz del entorno de conservación. Además, se observa constantemente su evolución mediante la dureza, color y aroma.
Formas de consumo
Las aplicaciones más comunes para los embutidos en nuestro país son las picadas y los sándwiches. Los más consumidos son el salame, la mortadela, y el jamón.
También, destacan el chorizo y la morcilla como piezas fundamentales de los asados y parrilladas. Ambas piezas cuentan con el añadido de condimentos que le dan un sabor único. Si bien son embutidos para cocción, muchas personas consumen la morcilla simplemente estacionada.
Otra comida en la que muy comúnmente se utilizan distintos tipos de embutidos es la pizza. Si bien la variedad de sabores es muy amplia, las versiones más consumidas son la napolitana (con jamón) y la calabresa (con salame).
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