El gobierno entrerriano trabaja junto a los municipios, aliados fundamentales para el anclaje local de las políticas sanitarias, en la promoción de hábitos saludables. Es en este sentido que se desarrollan acciones conjuntas para reducir los índices de sedentarismo, que en la provincia alcanza a cuatro de cada 10 adultos y a ocho de cada 10 adolescentes. Así, 12 comunas que se encuentran desarrollando acciones bajo convenio con el Proyecto de Protección de la población vulnerable contra las enfermedades crónicas no transmisibles (Proteger), recibieron equipos de gimnasia que ya fueron instalados en espacios públicos.
En principio, cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos desarrollen al menos 30 minutos de actividad física diaria, y un mínimo de 60 minutos en el caso de adolescentes y niños. A partir de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) se puede afirmar que en Argentina aumentó la práctica de actividad física (se pasó de 54,7 por ciento en 2013 a 44,2 por ciento en 2018); el dato es alentador, pero todavía hay cuatro de cada 10 personas que no cumplen las recomendaciones, lo cual sigue siendo un dato preocupante.
Si cualquier persona se preguntara por qué debería dedicar una mínima parte de cada día a realizar algún tipo de ejercicio (no necesariamente debe ser una práctica deportiva, ya que pueden ser igual de beneficiosos el caminar o bailar), es importante saber que la práctica regular de actividad física mejora la calidad de vida y actúa como factor protector de numerosas patologías.
La práctica de actividad física regular, a nivel cardiometabólico, disminuye el riesgo de padecer hipertensión, diabetes tipo 2 y muertes por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Además, reduce la incidencia de algunos tipos de cánceres y ayuda a mantener un peso saludable. Con relación a la salud mental, reduce el riesgo de demencia, mejora la función cognitiva, y los síntomas de ansiedad y depresión. En personas mayores reduce el riesgo de caídas y lesiones asociadas, además de mejorar la funcionalidad física.
En datos
La actividad física insuficiente, es decir, cuando no se alcanza a cumplir con las recomendaciones de actividad física por edad, es considerada como el cuarto factor de riesgo de mortalidad por Enfermedades No Transmisibles (ENT), sólo superada por la hipertensión arterial, el consumo de tabaco y la diabetes mellitus.
A nivel mundial, más del 25 por ciento de los adultos no alcanza un nivel de actividad física suficiente, es decir que aproximadamente 1,4 mil millones de adultos están en riesgo de desarrollar ENT y de morir de manera prematura por esta causa.
En nuestro país, de acuerdo a los datos obtenidos en la 4° edición de la ENFR (2018), el 44,2 por ciento de los adultos mayores de 18 años es sedentario (no realiza la cantidad mínima recomendada).
Nuestra provincia no difiere en este panorama, y si bien mantiene la tendencia de reducción del sedentarismo (se ubica en 40 por ciento, lo cual es levemente inferior a la media nacional), también cuatro de cada 10 entrerrianos adultos realizan menos actividad física que la recomendada.
En el caso de los menores de 18 años (que no forman parte del universo poblacional escudriñado por las ENFR) se dispone de resultados provinciales actualizados, correspondientes a la Encuesta Mundial de Salud Escolar 2018, que se realiza con muestras representativas de estudiantes secundarios relevando diferentes componentes en los alumnos de 13 a 17 años.
El porcentaje de adolescentes de 13 a 15 años que se mantuvieron activos durante 60 minutos los últimos siete días fue de 15.7 por ciento. Dato que se redujo a la mitad respecto a los resultados provinciales de la misma encuesta realizada en 2012 (32.4 por ciento). Además, en el grupo de 16 a 17 años el porcentaje fue de 17.1 por ciento.
El mismo relevamiento arrojó que en la provincia, durante 2018, más de la mitad de los adolescentes (el 53.5 por ciento) pasaron tres o más horas sentados durante un día típico habitual, resultado que se mantuvo casi sin variaciones respecto a 2012.
Trabajo articulado
Pero revertir estos guarismos no es algo que se logre de un día para el otro. Así lo explica la coordinadora de Prevención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud, Soledad Garcilazo: “Se necesita incorporar los hábitos saludables, y eso solo puede hacerse como resultado de un trabajo articulado, donde la persona disponga de lugares donde pueda practicar algún tipo de actividad: ya sea en parques, plazas, o bien estableciendo bicisendas, ofreciendo clases de baile o alguna práctica deportiva”. Garcilazo agregó: “Es fundamental que sean accesibles y para fortalecer espacios de este tipo es que desde la coordinación trabajamos junto a los municipios y otros actores de la comunidad”.
En este sentido cabe señalar que durante 2019 se proveyeron equipos de gimnasia al aire libre a los municipios de Gualeguaychú, San José, Basavilbaso, Libertador San Martín, Cerrito, María Grande, Hasenkamp, Oro Verde, Chajarí, San Benito, Crespo y Larroque; y también fueron instalados en la plaza del hospital San Martín de Paraná. La compra del material, adquirido de manera central por el Ministerio de Salud, demandó una inversión de 1.305.954 pesos.
Garcilazo referenció que la provincia tomó la decisión de adquirir los equipos “debido a su costo, ya que a los municipios se les hacía dificultoso adquirirlos; sobre todo si tenemos en cuenta que se buscaba que pudieran incorporar un juego de cinco aparatos a fin de cubrir todos los grupos musculares en cuanto a actividad física”; con lo cual a partir de esta entrega los municipios disponen de elementos que permiten ejercitar tronco, miembros superiores e inferiores.
La elección no es casual, sino que además de un estímulo es un reconocimiento a la labor sostenida por estos 12 municipios, ya que han cumplido metas sanitarias correspondientes a acciones de promoción basadas en tres ejes: actividad física, tabaquismo, y alimentación saludable-reducción del consumo de sal. Todas estas comunas alcanzaron el cien por cien de las metas en el transcurso de un año “y por eso decidimos comprarlos desde la provincia como un aporte para que se promocione aún más la actividad física”, completó Garcilazo.
Previo a la instalación de los equipos cada localidad relevó todos sus lugares de esparcimiento (tanto los que se estaban utilizando como los que no, y aquellos posibles espacios que se podrían ocupar); también se consideraron los diferentes grupos etáreos a fin de identificar los que contaban con una oferta de actividad física municipal y cuáles no, con lo que pudieran dirigir las intervenciones en base a las necesidades observadas.
Como resultado de ese trabajo, con los datos obtenidos cada comuna evaluó cuál era la mejor estrategia para el grupo que no estaba cubierto; y respecto de los espacios, muchas veces este diagnóstico les permitió notar que había lugares que no estaban siendo ocupados y que podían reactivarse. “Un caso de esto lo encontramos en Cerrito que acondicionó toda su entrada, en la cual dispuso los aparatos y una bicisenda”, ilustró Garcilazo.
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