El sarampión es una enfermedad infecciosa viral que se contagia de persona a persona mediante fluidos y es más frecuente en niños. El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. Se trata de una enfermedad humana que no afecta a los animales.
¿Cómo se contagia?
-De madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
-Por vía aérea (tos o estornudos)
-Por saliva (besos o bebidas compartidas)
-Por contacto directo con la piel (apretón de manos o abrazos)
-Por contacto con superficies contaminadas (mantas o picaportes)
Para contagiarse hay que estar en contacto con el infectado 2 o más horas.
El primer signo del sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 a 12 días después de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días. En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea (Moco), dolor de garganta, tos, ojos llorosos y rojos, conjuntivitis y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Al cabo de varios días aparece un exantema (Salpillido rojo), generalmente en el rostro y la parte superior del cuello, que se extiende en unos 3 días, acabando por afectar a las manos y pies. El exantema dura 5 a 6 días, y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre 7 y 18 días (media de 14 días).
Su prevención es mantener a los niños bien vacunados. Se aplica la vacuna triple viral (Para sarampión, rubeola y paperas) a los 12 meses y a los 6 años.
No deben vacunarse los menores de 6 meses o mayores de 50 años, las embarazadas y los inmunodeprimidos.
En caso de detectar un caso de sarampión se deberá aislar al paciente, no concurrir a lugares públicos y controlar a los posibles contactos.
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