El Gobierno dispuso prohibir a partir de hoy y hasta el 31 de diciembre de 2023 la exportación de siete cortes de carne bovina con el propósito de frenar la suba de precios del producto en el mercado interno que tienen una fuerte incidencia sobre el índice de precios al consumidor.
Mediante el decreto 911 publicado en el Boletín Oficial, que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, del jefe de Gabinete, Juan Manzur, y del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, se establece que no se podrá exportar asado con o sin hueso, falda, matambre, tapa de asado, nalga, paleta, y vacío. A estos cortes los llama “Cortes Preferidos”, en la modalidad de frescos, enfriados o congelados.
Según los fundamentos de la norma, “las medidas que se disponen contribuyen a generar un equilibro entre el mercado argentino y la exportación de productos cárnicos”.
A su vez, el decreto considera que “es necesario construir una política pública para la cadena de la carne con el objeto de aumentar la producción, la existencia ganadera y el peso promedio de faena, generando previsibilidad al productor, e incrementar asimismo los volúmenes exportables”.
Además, mediante dos resoluciones publicadas en la misma edición del Boletín Oficial, 301 y 302, el Ministerio de Agricultura libera las exportaciones de cortes provenientes de las categorías de vacas D y E –llamadas de manufactura-, entre otras medidas, y crea un Observatorio de Producción de la Carne Vacuna que será presidido por Domínguez e integrado por representantes de los gobiernos provinciales, las entidades de producción y de la industria, entre otros.
El decreto y las resoluciones conocidas hoy constituyen el último paso del cepo a las exportaciones de carne que comenzó a aplicar el Gobierno en mayo pasado para frenar las subas del precio de la carne en el mercado interno. Primero fijó una prohibición total, con excepción de las cuotas asignadas al país en otros destinos, y luego estableció un cupo para exportar del 50% respecto de lo vendido al exterior en 2020. Más tarde fue flexibilizando las restricciones, especialmente de los cortes de las categorías de vacas D y E que mayoritariamente tienen como destino China, el principal mercado de exportación de la Argentina.
El cepo no cumplió con su objetivo porque el precio de la carne no bajó, según señalaron los especialistas del negocio. Por el contrario, en noviembre pasado tuvo subas promedio de 9 por ciento.
Las medidas conocidas hoy habían sido adelantadas por Julián Domínguez a técnicos de las entidades rurales e industriales frigoríficos la semana pasada. Antes, el propio ministro había informado que pasado el plazo del 31 de diciembre establecido para las anteriores restricciones se iba flexibilizar el cepo.
Fuente: La Nación
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